Es al espectador, y no a la vida, a quien refleja realmente el arte.

Es al espectador, y no a la vida, a quien refleja realmente el arte. Oscar Wilde

sábado, 1 de junio de 2013

Escribir

Muchas personas que leen terminan escribiendo tarde o temprano. No suele haber excepciones; es algo que siempre sucede. Leer supone una especie de etapa de aprendizaje. Bebemos de las influencias de otros autores, nos divertimos, aprendemos sus técnicas, escuchamos nuevas historias... adquirimos cultura. Es esa cultura la que nos ayudará a elaborar por nosotros mismos una nueva creación. Pasa igual con la mayoría de las artes. Una persona a la que le guste la pintura, por ejemplo, querrá pintar sus propios cuadros. Necesitará un mínimo de habilidad. Sólo un poco para empezar, pues luego se entrenará pintando más y más y, si se empeña lo suficiente, llegará a ser un profesional.

Lo mismo ocurre con la escritura. Requiere constancia y un poco de esfuerzo. Sin embargo, si alguna vez lo habéis intentado os costará bastante mantener un ritmo y escribir, qué sé yo, todos los días, es decir, con cierta regularidad. Al final (o al principio) os terminará pareciendo una actividad tediosa y aburrida; es de sobra conocida la imagen del típico escritor desgraciado que lleva una vida solitaria y triste sólo porque escribe. Creemos que no puede ser feliz y que, por supuesto, escribir no es una actividad sana por su culpa.

Escribir puede ser divertido si nos embarcamos con la mentalidad adecuada. Navegando por la red he encontrado un libro que proporciona pequeños ejercicios y consejos muy divertidos que ayudan a desatar nuestra creatividad y a habituarnos a escribir día a día. No lo he leído entero pero sí puedo decir que lo poco que conozco ha sido bastante interesante y para nada pesado; creo que podríais divertiros si tratáis de llevar a cabo alguno de los consejos.



Os dejo aquí el enlace. Podéis descargarlo para PDF.

https://mega.co.nz/#!4I0BgKTS!T5HlsGfOhGxLtIQJRNN6I0oIiJYmovRRZT8CTSje9Io

Destaco también el capítulo 7 del libro (el último), donde hay varios enlaces a páginas web relacionadas con el tema y programas para escribir distintos del OpenOffice o el Microsoft Office que usamos habitualmente.

Así que eso. Espero que os animéis y escribáis alguna cosilla, por pequeña que sea.

sábado, 25 de mayo de 2013

El principito y el vanidoso

Aquí tenéis otro fragmento.

El segundo planeta estaba habitado por un vanidoso: 
—¡Ah! ¡Ah! ¡Un admirador viene a visitarme! —gritó el vanidoso al divisar a lo lejos al principito. 
Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores. 
—¡Buenos días! —dijo el principito—. ¡Qué sombrero tan raro tiene! 
—Es para saludar a los que me aclaman —respondió el vanidoso—. Desgraciadamente nunca pasa nadie por aquí. 
—¿Ah, sí? —preguntó sin comprender el principito. 
—Golpea tus manos una contra otra —le aconsejó el vanidoso. 
El principito aplaudió y el vanidoso le saludó modestamente levantando el sombrero. 
«Esto parece más divertido que la visita al rey», se dijo para sí el principito, que continuó aplaudiendo mientras el vanidoso volvía a saludarle quitándose el sombrero.
A los cinco minutos el principito se cansó con la monotonía de aquel juego. 
—¿Qué hay que hacer para que el sombrero se caiga? —preguntó el principito. 
Pero el vanidoso no le oyó. Los vanidosos sólo oyen las alabanzas. 
—Tú me admiras mucho, ¿verdad? —preguntó el vanidoso al principito. 
—¿Qué significa admirar? 
—Admirar significa reconocer que yo soy el hombre más bello, el mejor vestido, el más rico y el más inteligente del planeta. 
—¡Si tú estás solo en tu planeta! 
—¡Hazme ese favor, admírame de todas maneras! 
—¡Bueno! Te admiro —dijo el principito encogiéndose de hombros—, pero ¿para qué te sirve? 
Y el principito se marchó. 
«Decididamente, las personas mayores son muy extrañas», se decía para sí el principito durante su viaje.


El Principito, Antoine de Saint-Exupéry.

viernes, 24 de mayo de 2013

Lectura digital y RSS

Como sabemos, las nuevas tecnologías han permitido un gran avance en muchos aspectos. Uno de los ámbitos afectados es la experiencia literaria: ahora ya no es esencial poseer un libro en formato físico cuando podemos descargarlo y leerlo en cualquier dispositivo, ya sea un móvil, un ordenador, una tablet (o tableta) e incluso en un libro electrónico, un aparato especialmente fabricado para leer libros en él. Sin embargo, en esta entrada no me centraré tanto en los medios de lectura como en las fuentes.

A lo largo y a lo ancho de la red existe una cantidad enorme de páginas web: según esta página, a día de hoy  hay aproximadamente unas 14.780.000.000 y creciendo. No todas pueden interesarnos con respecto a su contenido y es muy posible que muchas de ellas no estén en nuestro idioma, pero de vez en cuando damos con alguna bastante curiosa y pensamos que merece la pena mantenernos al día de sus actualizaciones; por ejemplo, la página web de un periódico o incluso un blog. Es cuestión de ir investigando por nuestra cuenta o descubrir gracias a las recomendaciones de nuestros amigos, familiares o conocidos. Las temáticas son infinitas: hay páginas de deportes, música, libros, pintura, videojuegos... Nosotros somos un claro ejemplo con estos blogs.

Os replanteo la idea que nos comentó Sergio, nuestro profesor de Proyecto: ¿Tendremos que ir entrando a cada página o blog individualmente para ver si su dueño o dueña ha añadido o no nuevo contenido? Es, sin duda, un hecho que nos resta bastante tiempo y que puede llegar a ser algo aburrido. Muchos conoceréis ya el RSS; esta entrada pretende ser una pequeña guía para aquellos que no sepan nada o sólo hayan oído al profesor hablar de ello sin terminar de entenderlo del todo.

RSS son las siglas de Really Simple Syndication: Sindicación muy simple. Probablemente os sonará este símbolo:



Es posible verlo en algún blog. En este mismo, por poneros un ejemplo. Justo a la derecha de esta entrada hay una columna con varios gadgets entre los que se encuentra el que permite suscribiros al RSS:


Y bien: ¿qué demonios se supone que es esto y qué es eso de suscribirse?


El RSS es un sistema que, como su nombre indica, sirve para "sindicarnos" a una página, para suscribirnos. Existen algunos programillas o servidores web denominados lectores de RSS. Cuando nos suscribimos a cierta página la asociamos de alguna manera a la cuenta que utilizamos en nuestro lector: de esta manera conseguimos que las nuevas entradas se envíen automáticamente a él. Ello evitará que nos veamos en la necesidad de entrar en cada blog o página web uno por uno, puesto que obtendremos toda esa información en el mismo sitio. Es una herramienta comodísima si os gusta navegar por la web. Como veis, los libros no son la única forma de leer algo interesante. Aquí sois vosotros los que elegís. Está en vuestras manos. Podéis  recibir las novedades de muchos estilos de páginas, desde revistas culturales (cabe destacar Jot Down, la página que mencionaba el profesor en un comentario a una entrada anterior) a incluso las páginas que tanto nos gustan a nosotros como Asco de vida, Tenía que decirlo y demás. Hay más direcciones web en la página Enlaces interesantes de este mismo blog.

Igualmente, no hay pocos lectores de RSS circulando por la red. Hasta ahora el más conocido ha sido Google Reader, pero el sitio será cerrado en breve por algún motivo, así que no lo mencionaré demasiado. Con respecto al resto, no profundizaré en su variedad pero sí os recomendaré feedly, que es un complemento para Mozilla Firefox o para Chrome. Puedes clasificar el contenido por categorías, lo que hace más fácil navegar por él. Además, la aplicación para Android es una maravilla. La única posible desventaja es que la interfaz se encuentra en inglés, cosa que no debería echaros para atrás considerando que deberíamos tener ya unos conocimientos básicos del idioma. De todas formas las páginas a las que nos suscribamos vendrán en su idioma original, por lo que este detalle no tiene por qué ser un impedimento. 

Os dejo investigando. Si tenéis dificultades para instalar feedly o crearos una cuenta, os invito a avisarme y yo intentaré crear una nueva entrada como orientación. Espero que todo esto os haya servido y os anime a embarcaros en la lectura digital haciéndola un poco más sencilla. 

lunes, 20 de mayo de 2013

La raza humana

Tengo otra cita, también relacionada con la temática del blog. Pertenece a la película El club de los poetas muertos (muy recomendada, por cierto).

Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería… son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos.

domingo, 19 de mayo de 2013

Tiempo para leer

Acabo de encontrar un fragmento de un libro. No tengo el nombre del autor ni de la obra, pero el mensaje que transmite es bastante interesante y acertado.

¿De dónde sacar tiempo para leer? "Desde el momento en que se plantea el problema del tiempo para leer, es que no se tienen ganas", nos dice Pennac, quizá con excesiva contundencia. E insiste: "Nadie tiene jamás tiempo para leer, la vida es un obstáculo permanente para la lectura. El tiempo para leer, al igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo para vivir. ¿Quién tiene tiempo de estar enamorado? La lectura es como el amor, una forma de ser. El problema es si me regalo o no la dicha de ser lector".

El principito y la rosa


El principito se fue a ver nuevamente las rosas:  
-No sois en absoluto parecidas a mi rosa; no sois nada aún -les dijo-. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo.  
Y las rosas se sintieron molestas. 
-Sois bellas, pero estáis vacías -continuó-. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa que he regado. Puesto que es ella la rosa que puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa que abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a la que escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Porque ella es mi rosa. 


El Principito, Antoine de Saint-Exupéry.